El Obispillo pide más carriles bici
Pablo Molina Conde pertenece a la Escolanía de la Catedral, los Pueri Cantores, y es elegido por sus compañeros para ejercer este cargo.
Pablo Molina Conde, cumplía, como cada 28 de diciembre, con una tradición arraigada en la capital burgalesa. El Obispillo recorría las calles de la ciudad a lomos de un caballo blanco, y era recibido por el alcalde de Burgos, Javier Lacalle. Pablo se sentía cómodo en su cargo, además de arropado por sus compañeros, los “Pueri Cantores”, que ofrecían algunas interpretaciones a los asistentes.
Pablo, de 10 años y alumno del colegio público ‘Alejandro Rodríguez de Valcárcel’, era elegido el pasado 17 de diciembre por sus compañeros de escolanía en el Teatro Principal. El Obispillo va acompañado de los «acólitos», una corte compuesta por el vicario, Hugo de Diego Martínez, y los secretarios David Vicario Herce, Yosef Díez Martín y Daniel Alonso Carretero.
En su discurso, ha pedido «más carril bici», sobre todo hasta Pallafría para que los niños que van a entrenar lo puedan hacer en bici. Lacalle ha señalado que ese es uno de los proyectos que el Ayuntamiento tiene en cartera.
Tras este discurso y la interpretación de unas piezas musicales, Pablo salía al balcón del Ayuntamiento para saludar y dirigir unas palabras a los cientos de burgaleses que se habían congregado en la Plaza Mayor en esta mañana de los Santos Inocentes.
El Obispillo es una tradición que se remonta a la edad media, aunque perdida y recuperada hace mas de 20 años
Amador Pérez Arnaiz, director de la escolanía, apuntaba que el traje del obispillo es nuevo este año por el «deterioro» de anterior, del que se quiere conservar la capa, que tiene más de 200 años y procede de la Catedral. El nuevo traje, ha sido confeccionado por las Hermanas Concepcionistas Franciscanas, tanto el traje del Obispillo y su mitra como el de los acólitos, y ha sido subvencionado por el
Ayuntamiento.
La fiesta del obispillo es una antigua tradición navideña que se remonta a la Edad Media, y consiste en la investidura de uno de los niños de la Escolanía de los Pueri Cantores de la Catedral y que ese año hace su primera comunión como máxima autoridad. La tradición se perdió al desaparecer la escolanía, pero se recuperó en 1996.