La Diputación presenta la implantación del contenedor marrón en la provincia
La implantación del quinto contenedor, el «contenedor marrón», ha supuesto una inversión de 4,9 millones de euros. Se ha adquirido un total de 4 camiones para los 1.400 contenedores que quedarán instalados en la provincia
La Diputación Provincial de Burgos y el Consorcio Provincial de Residuos han presentado la implantación en la provincia del quinto contenedor «marrón», destinado a los biorresiduos. Se han adquirido así 1.400 contenedores y se han presentado también los 4 camiones recolectores-compactadores para albergar la recogida trasera de este quinto contenedor. Así lo han explicado César Rico, presidente de la Diputación Provincial y Víctor Escribano, presidente del Consorcio Provincial de Residuos.
La nueva Ley de Residuos obliga a la recogida separada de residuos para su valorización. Entre esta recogida separada figura la de los biorresiduos. Es por ello que en los ayuntamientos de la provincia se pondrá un contenedor, hasta ahora desconocido, que es el «contenedor marrón». Solo se puede abrir con la tarjeta que se entregará a los vecinos para su uso exclusivo. La tarjeta dispone de un chip electrónico que permite la apertura de la compuerta del contenedor. Alf deslizar la tarjeta por la parte superior del contenedor se desactiva la cerradura y se puede abrir, depositando los residuos.
En el contenedor marrón se depositan los biorresiduos, que son los restos de pieles y mondas de fruta y hortalizas, restos de fruta, huesos, restos de carne, espinas, restos de pescado y marisco, lacaras y pieles de huevo, frutos secos y en general, restos de comida y comida en mal estado. En el caso del papel, son biorresiduos el papel de cocina sucio, el cartón sucio de aceites y alimentos o también las servilletas de papel. Algunos restos vegetales pueden ser ramos de flores, plantas y hojas secas, malas hierbas y hojarasca. También posos de café o de infusiones. Todos estos residuos se pueden introducir en una bolsa de basura compostable y meterlos al contenedor marrón.
Nunca se deberán echar en el contenedor marrón: pañales, compresas, toallas, excrementos de animales y aceite vegetal usado. Tampoco envases, vidrio, papel y cartón y, en general, los residuos que haya para otro contenedor.
El contenedor marrón lo recogen los camiones basureros del Consorcio y los llevan a los Centros de Tratamiento de Residuos (CTR) para producir compost, ubicados en Aranda de Duero y Abajas. Este compost luego es utilizado en el campo, aportando al suelo principalmente carbono, nitrógeno y fósforo. En esto consiste la valorización de un residuo y permite obtener, tras la siembre y posterior cosecha, nuevos alimentos.
El Consorcio por eso realizó, durante el año pasado, una serie de obras para la captación de los actuales CTR de Aranda y CTR de Abajas y poder permitir en esas instalaciones tratar esos biorresiduos sin que se mezclen con los residuos del «contenedor resto». El contenedor gris o resto (en algunos lugares es de color verde) es el destinado para los residuos urbanos una vez que se han separado los papeles y el cartón (contenedor azul), separados los envases y latas (contenedor amarillo), el vidrio (contenedor verde) y el contenedor marrón (biorresiduos).