La Guardia Civil investiga a un conductor profesional por alcoholemia positiva

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Fue parado cuando conducía un vehículo articulado de gran tonelaje por la A-1 de manera zigzagueante. Arrojó resultados positivos de 1’01 y 0’98 mg/l en las pruebas dealcoholemia por lo que el vehículo fue retirado de la circulación e inmovilizado

La Guardia Civil del Subsector de Tráfico de Burgos ha investigado a A.P. (62) como presunto autor de un delito contra la Seguridad Vial por conducción bajo la influencia de bebidas alcohólicas con resultados positivos en las pruebas de alcoholemia practicadas.

Los hechos ocurrieron días atrás de madrugada, a la altura del kilómetro 147 de la autovía A-1 a su paso por la comarca de La Ribera. Una patrulla detectaba la circulación anormal y poco regular de un conjunto de vehículos compuesto por cabeza tractora y semirremolque. Su errática circulación en zigzag ponía en riesgo su propia seguridad y la del resto de usuarios de la vía, por lo que los agentes decidieron pararle e interesarse por la vicisitud. El conductor, vecino de la provincia de Murcia, presentaba síntomas evidentes de haber ingerido alcohol y de encontrarse bajo su influencia, como se manifestó en su manera de conducir, por lo que se le practicó la prueba de alcoholemia mediante el aire espirado.

Los resultados positivos mostrados en el etilómetro de 1’01 y 0’98 mg/l no hicieron más que matizar los indicios iniciales en cuanto a sintomatología externa se refiere. Las tasas superaban en más de seis veces la máxima establecida para este grupo de conductores «profesionales», que es de 0’15 mg/l. Por este hecho A.P. ha sido investigado como presunto autor de un delito contra la seguridad vial por conducción bajo la influencia de bebidas alcohólicas, en tanto que el vehículo que conducía fue inmovilizado de manera cautelar hasta que desaparecieran las causas que la motivó. Las diligencias instruidas han sido entregadas en los Juzgados de Aranda de Duero.

La ingesta de bebidas alcohólicas así como la de drogas y sustancias tóxicas influye en el conductor de un vehículo con la disminución de la capacidad sensorial, de reflejos y de atención en la conducción, desvirtuando la percepción de la realidad, determinando una conducción inapropiada y creando un concreto peligro para la vida propia y del resto de los usuarios de la vía, aumentando exponencialmente la posibilidad de sufrir un siniestro vial. Estas conductas al volante pueden conllevar administrativamente hasta 1.000 € de sanción y penalmente podrán ser castigadas con la pena de prisión de tres a seis meses o con la de multa de seis a doce meses o con la de trabajos en beneficio de la comunidad de treinta y uno a noventa días, y, en cualquier caso, con la de privación del derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores por tiempo superior a uno y hasta cuatro años.

Fotografía de archivo Guardia Civil.

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