La economía «una montaña rusa de emociones por el Covid»
Fundación Caja Rural Burgos presenta el Boletín de Coyuntura Económica con una mejora en las expectativas para el segundo semestre de 2021.
«El futuro, dentro de las previsiones, presenta un crecimiento en torno al 5%, con dos primeros trimestres negros, pero con un segundo semestre positivo». Con estas palabras, Ramón Sobremonte, director General de Cajaviva Caja Rural, ponía luz al final del túnel con una revisión de mejora para el segundo semestre de 2021.
Las declaraciones tenían lugar en la presentación del Boletín de Coyuntura Económica de Fundación Caja Rural Burgos, en el que también han estado presentes José María Calzada, coordinador del Boletín, y Manuel Morquillas, miembro del equipo de Coyuntura de la UBU.
En la presentación han querido destacar varios aspectos, como un análisis poblacional, la situación de la economía burgalesa, el empleo o los efectos del Covid-19 en el mercado de trabajo de Burgos.
La población en Burgos ha crecido, principalmente en la capital, Aranda de Duero o Miranda de Ebro, así como en municipios de más de 2.000 habitantes como Medina de Pomar, Valle de Mena o Lerma. El saldo migratorio, en el caso de las migraciones interiores, se ha reducido hasta ser prácticamente nulo en 2019, 75 personas. En el caso del saldo migratorio exterior presenta un incremento del 5,6 por mil, saldo positivo pero con un ritmo que supone la mitad del saldo nacional.
La economía «una montaña rusa de emociones por el Covid»
La crisis sanitaria del Covid ha dejado huella, las cifras cambian de un día para otro, por lo que la economía está en una «montaña rusa de emociones y cifras», como señalaba José María Calzada, que hace que las previsiones cambien. Calzada coincidía con Sobremonte en las previsiones de la economía para 2021, esperando que tras un primer semestre duro, el segundo semestre sea de recuperación del PIB y del empleo en 2022.
A pesar de esta situación, la economía burgalesa, ha tenido un comportamiento mejor que el conjunto nacional y ligeramente, pero a la media regional en términos de PIB.
Peor comportamiento del empleo
Los datos sobre la evolución del empleo, según la evolución de cotizantes en alta laboral en la Seguridad Social son más preocupantes en lo que se refiere a nuestra provincia en línea con lo ocurrido en lo que llevamos de siglo.
Si en el anterior periodo recesivo la afiliación en Burgos perdió ligeramente menos afiliados que a nivel nacional y en línea con lo ocurrido en Castilla y León, con la crisis derivada de la pandemia la perdida de empleos, medidos en afiliación y trabajadores en ERTE arroja datos interanuales de diciembre, es mayor en Burgos que a nivel regional o nacional.
Comportamiento peor del empleo derivado del peor comportamiento de los sectores industrial y servicios en Burgos. Solo la agricultura presenta datos positivos.
En el actual contexto de incertidumbre, los ERTES se han convertido en un instrumento eficaz para flexibilizar, transitoriamente, la actividad, y evitar despidos y ha provocado que el deterioro del empleo no se haya producido con la intensidad en que lo hizo en la Gran Recesión de 2008, sobre la base de esa experiencia negativa, y para evitar un fuerte ajuste del empleo, se diseñó en el Estatuto de los Trabajadores la figura del ERTE, que constituye la medida estrella en el mercado de trabajo en la presente crisis sistémica de la Covid-19.
En Burgos, las cifras de empleo han evolucionado peor que a nivel nacional. En este estudio, se estudia el impacto del Covid de marzo a noviembre, y se puede ver que la pandemia ha golpeado al sector servicios que se ha convertido en el principal protagonista de los ERTES, ya que sólo en marzo eran 5.000 los presentados.
A pesar de estos datos, el INE en su encuesta de población activa de 2019 muestra dos fortalezas para la economía burgalesa, la más elevada tasa de ocupación y la más baja tasa de paro.
En el caso de Burgos, la magnitud de la brecha de afiliación media se ha ido reduciendo progresivamente desde el máximo alcanzado en mayo hasta octubre, donde se recupera prácticamente el nivel de afiliación media del mes de febrero. Son especialmente intensas en los meses de abril, mayo y junio de 2020, coincidiendo con el primer estado de alarma.
