El Curpillos, la primera gran cita festiva de la ciudad
Hay ganas de buen tiempo y de fiestas. Y estos dos ingredientes son los que se han dado en este viernes, festivo en Burgos, a pesar de la amenaza de lluvia
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Miles de burgaleses han vuelto a congregarse en torno al Monasterio de Las Huelgas en la cita prólogo de las fiestas de San Pedro, aunque la lluvia parecía una constante amenaza. Entre las novedades, Daniel de la Rosa, que se estrenaba como alcalde en uno de los días grandes de la ciudad, Cesar Rico, presidente de la Diputación, Pedro de la Fuente, subdelegado del Gobierno y Baudilio Fernández Mardomingo, presidían junto con el general de División Antonio Ruiz Olmos, los actos religiosos y militares. Ruiz Olmos era el encargado de portar la réplica del pendón de las Navas de Tolosa, que cada año procesiona este día.
Tras la misa oficiada por el arzobispo de Burgos, Fidel Herráiz, la procesión se dirigió a la plaza del Compás de Adentro, para continuar por las calles aledañas al Monasterio. En esta procesión el Santísimo va bajo palio y se porta una réplica del Pendón de las Navas de Tolosa.
Tras la parada militar, llegó la parte lúdica de la jornada en el parque de “El Parral”, donde el olor a chorizo, morcilla y morro invadía todo el recinto. Para las 45 peñas y asociaciones de la ciudad que participan, esta es la primera gran cita antes de las fiestas de San Pedro y San Pablo.
El Curpillos es una fiesta que se celebra tras la festividad del Corpus, celebrada en Jueves, y de donde viene su nombre, Corpus Chico, aunque en el caso del Curpillos no ha sufrido cambio en el día, ya que se sigue celebrando el viernes. En este día, se conmemora la batalla de las Navas de Tolosa, en la que el Rey Alfonso VIII derrotó a las tropas árabes el 16 de julio de 1212. El pendón que procesiona este día a manos de la máxima autoridad militar, es una reproducción de que Alfonso VIII conquistó en la batalla y que se expone en el Museo del Monasterio.
El Ayuntamiento de Burgos la declaró festiva en 1953 y actualmente suele celebrarse el viernes siguiente a la festividad del Corpus. La estructura de la fiesta sigue esa dicotomía de lo sacro en las primeras horas de la mañana, cuando acontecen los actos protocolarios y el ceremonial religioso, teniendo como escenario el Monasterio de las Huelgas. Tras la reunión y formación de las tropas participantes en el acto, la abadesa de las Huelgas recibe a las autoridades. A continuación se celebra la liturgia eucarística y, acto seguido, comienza la solemne Procesión en cuyo séquito se hallan los populares Gigantones, los Gigantillos, danzantes, dulzaineros, maceros, timbaleros, las autoridades asistentes, los representantes del barrio de Huelgas y, como colofón, la máxima autoridad de la ciudad, portando el pendón de las Navas de Tolosa.
La parte popular del Curpillos se desarrolla en el Parque de El Parral, situado entre el Monasterio y el Hospital del Rey. La tradicional romería o “jira” al Parral se realiza tras la procesión.
Fuertemente arraigada en la tradición, los burgaleses se acercan a degustar las apetitosas viandas, tanto de la gastronomía local como la foránea, en las casetas que montan las Peñas y Centros Regionales.
La fiesta está declarada como Fiesta de Interés Turístico Regional.