El Plan General contradice las intenciones de Lacalle con respecto a la Calle Vitoria

El Plan General, realizado según el estudio de Movilidad y Tráfico, establece que el diseño actual de los primeros números de la calle Vitoria es el óptimo, y que reducir un carril supondría un «embudo»

El ensanchamiento de la acera y eliminación de un carril de dicha calle, concretamente entre la calle Condestable y la Plaza de Mio Cid, es la idea que contempla el alcalde Javier Lacalle y parece no arrebatársela nadie. La actuación, ideada expresamente por el edil, tiene como objeto ensanchar la acera para la circulación más cómoda de peatones, eso sí, generaría un «embudo» del tráfico en esa zona. El coste total de la obra tiene un valor aproximado de 30.000 euros.

El Plan General, realizado según el estudio de Movilidad y Tráfico, establece el diseño actual como el óptimo para la circulación de la ciudad. Para el candidato a la alcaldía por Podemos, Raúl Salinero, esta actuación «rozaría la ilegalidad» ya que iría en contra de este Plan General. La reducción de tres a dos carriles para Salinero es propio de alguien que actúa como «un mono con pistolas».

Para más inri, el carril que se quiere suprimir resulta indispensable para los autobuses que se detienen en la parada de la calle Vitoria número 7, la segunda más importante de la ciudad por su afluencia, autobuses que utilizan ese carril para girar hacia la calle Santander.

Esta actuación no cuenta con el respaldo de ningún grupo de la oposición, es más, se muestran muy contrarios, tal y como expresaron en anteriores días PSOE, Ciudadanos e Imagina. Se trata de otra de las «ocurrencias» del alcalde de la ciudad, Javier Lacalle, que denunciaban ayer dichas formaciones municipales. Tampoco se conoce si hay informes técnicos que avalen estas obras.

Sin ir más lejos, el portavoz socialista, Daniel de la Rosa, ya lo calificaba de «política unipersonal» este tipo de decisiones llevadas de manera unilateral, al que la oposición le acusa de tener en los últimos meses un comportamiento monopolista por su toma de decisiones sin contar con el consenso o aprobación de ningún grupo político.