Castilla y León destina a la Sanidad pública un 18 % más de su PIB que la media nacional
Antonio María Sáez ha analizado los datos del informe sobre Estadística de Gasto Sanitario Público 2016, publicado por el Ministerio de Sanidad. Entre otros datos, destaca que el 50,1 % del gasto se dedicó a retribuir a los profesionales y el 26,1 % a la adquisición de bienes y servicios. La Consejería de Sanidad destinó un 65 % menos a conciertos que la media nacional.
El consejero de Sanidad, Antonio María Sáez, ha informado hoy sobre la Estadística de Gasto Sanitario Público 2016, recientemente publicada por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad. Esta Estadística refleja el gasto sanitario real o efectivo, su evolución desde 2002, así como sus principales componentes, con datos homogéneos de cada una de las comunidades. Permite, por lo tanto, analizar el gasto sanitario en Castilla y León y compararlo con los datos medios del Sistema Nacional de Salud.
El análisis de 2016 refleja un gasto público en Castilla y León de 3.601 millones de euros, lo que representa el 6,5 % del Producto Interior Bruto autonómico; el gasto per cápita medio fue de 1.467 euros. El gasto en el conjunto de comunidades ascendió a 61.627 millones de euros, el 5,5 % del PIB nacional, con un gasto medio por habitante de 1.332 euros. Así, Sáez ha concluido que el gasto en la Sanidad pública de Castilla y León en relación con el PIB autonómico es un 18 % superior a la media de las comunidades; nuestro gasto por habitante es un 10 % superior a la media nacional.
Las diferencias entre comunidades son importantes tanto en esfuerzo relativo sobre el PIB como en gasto por habitante. En este último parámetro, Andalucía es la comunidad con menor gasto por habitante -1.110 euros- mientras el País Vasco destinó 1.669 euros por habitante en 2016.
Asimismo, el consejero ha explicado los componentes del gasto sanitario de la Comunidad. Desde el punto de vista de su clasificación económica, en 2016, se destinaron 1.804 millones de euros a retribuciones del personal -el 50,1 % del total del gasto-; 941 millones -el 26,1 %- a adquisición de bienes y servicios; 140 millones a conciertos -el 3,9 %-; 643 millones -el 17,9 % del total- a transferencias, básicamente pago de medicamentos a través de recetas, y 70 millones -2 %- a inversiones.
En términos comparativos con la media de las comunidades autónomas, Castilla y León destina un 14 % más de su gasto a retribuciones de su personal; un 5,2 % más a la adquisición de bienes y servicios; un 65 % menos a conciertos; un 2,7 % menos a transferencias y un 25 % más a inversiones.
Desde el punto de vista funcional, en 2016, se destinó en Castilla y León un 58,7 % del gasto sanitario a servicios hospitalarios y especializados -la media nacional es del 62,4 %-; un 15,6 % a Atención Primaria -media del 14,3 %-; 2,6 % a Salud Pública -1,1 % de media nacional- y un 17,4 % a medicamentos a través de recetas -16,3 % en España-.
En resumen, Antonio María Sáez ha señalado que esta distribución del gasto explica algunas características diferenciales del sistema de salud de Castilla y León en relación con el conjunto de comunidades: mayor peso de los profesionales; prioridad a la Atención Primaria frente a la Hospitalaria; mucho menor gasto en conciertos y mayor gasto en medicamentos, como corresponde a una población más envejecida. Castilla y León es la comunidad con mayor proporción de su gasto destinada a Salud Pública.
Al analizar la evolución del gasto público en los últimos años, el consejero ha señalado también que desde la transferencia de las competencias sanitarias, el gasto en la Comunidad se ha incrementado en un 73,8 % pasando de 2.072 millones de euros, en 2002, a 3.601, en 2016. El peso del gasto sanitario en Castilla y León en el conjunto nacional se ha incrementado, pese a la reducción de nuestra población.
En 2003, nuestro gasto sanitario representaba el 5,5 % del total de las comunidades autónomas; en 2007, el 5 %; en 2011, el 4,89 % y, en 2016, el 5,8 % del total nacional. En el último quinquenio, nuestro gasto sanitario se incrementó en un 4,1 %. Su distribución no fue homogénea: en remuneraciones del personal el incremento entre 2012 y 2016 fue del 4,2 % pese a que fueron años de congelación salarial para los trabajadores públicos. El gasto en bienes corrientes y suministros se incrementó un 13,5 %, la reducción del gasto en algunos servicios se vio superada por el incremento de precios de medicamentos y productos sanitarios en nuestros hospitales.
En estos cinco años, el gasto en conciertos se redujo en un 13,5 %, de 162 a 140 millones de euros; nuestro gasto en conciertos era en 2016 en términos proporcionales un 65 % inferior a la media nacional y nos situaba como la segunda comunidad con menor utilización de centros privados. El gasto en transferencias -pago de medicamentos a través de recetas en su mayor parte- se incrementó en un 1,5 % en estos cinco años, en lo fundamental, por las medidas adoptadas a partir de 2012 sobre precios de los medicamentos y modificaciones en la aportación de los usuarios. Finalmente, las inversiones se redujeron en un 31 % -de 102 a 70 millones de euros-, una reducción necesaria en los peores momentos de la crisis para poder mantener el funcionamiento de nuestros servicios sanitarios.