Los ediles de Vox seguirán «por responsabilidad» en el Ayuntamiento trabajando desde la oposición
Los cuatro concejales de Vox en el Ayuntamiento de Burgos han confirmado que seguirán trabajando desde la oposición tras la ruptura del pacto de gobierno con el PP, pero aún no han decidido el sentido de su voto en la cuestión de confianza a la que se someterá la alcaldesa, Cristina Ayala (PP), el próximo 28 de noviembre.
El portavoz de Vox, Fernando Martínez-Acitores, afirmó que, a pesar de lo ocurrido, los ediles continuarán en la corporación municipal «por responsabilidad». Sus compañeros Marta Alegría, Ignacio Peña y Raúl Martínez subrayaron que su compromiso es con los ciudadanos que les votaron. «No va de estar en el gobierno. Nos debemos a los ciudadanos que confiaron en nosotros y no les podemos dejar en la estacada porque la alcaldesa decida que ya no estamos en el equipo de gobierno», señaló Martínez.
El desencadenante de la ruptura del pacto fue el voto en contra de Vox al presupuesto municipal de 2025, que incluye ayudas a ONGs que trabajan con migrantes, una partida que Vox rechaza. Según Martínez-Acitores, la negativa del PP a aceptar su propuesta de incluir una adenda para condicionar estas ayudas provocó el desacuerdo definitivo.
El portavoz acusó al PP de «expulsarles del equipo de gobierno» y consideró que no hubo voluntad de diálogo por parte de los populares: «Intentamos encontrar un punto de acuerdo, pero el PP fue inflexible». Vox, señaló, consultó a su dirección nacional tras la decisión del PP de rectificar y recuperar las ayudas, que en su día habían sido eliminadas por imposición de su partido.
Martínez-Acitores indicó que Vox todavía no ha definido su postura respecto a la cuestión de confianza, una decisión clave para el futuro de la alcaldesa y el presupuesto. No obstante, reiteró que las decisiones de Vox seguirán guiándose por lo que consideran mejor para los ciudadanos de Burgos.
La ruptura entre PP y Vox deja a la alcaldesa Cristina Ayala en minoría y con la incertidumbre de si podrá superar la cuestión de confianza. Si no obtiene el respaldo del pleno, se abrirá un plazo de 30 días para una posible moción de censura por parte de la oposición, algo que dependerá de la capacidad del PSOE y Vox para llegar a un acuerdo, un escenario poco probable hasta ahora.
Mientras tanto, Vox ha dejado claro que seguirá defendiendo a sus votantes desde la oposición, marcando distancia respecto al PP y asumiendo un rol crítico frente al gobierno municipal.