El Patio de San Iñigo acogerá el XXXV Cronicón de Oña
La villa Condal celebrará del 11 al 15 de agosto la trigésimo quinta edición de esta recreación histórica declarada Fiesta de Interés Turístico Regional.
Un año más, los vecinos de Oña se vuelcan en esta representación histórica para contarnos la historia de la Villa, la fundación de su preciado Monasterio y algunos episodios históricos que contribuyeron a la creación de Castilla.
Precisamente esa implicación colectiva y totalmente altruista de los onienses desde la primera de las representaciones, ha contribuido también a crear una propuesta cultural de máximo nivel, lo que les ha valido para conseguir diferentes reconocimientos. Con el Monasterio de San Salvador de Oña como privilegiado escenario, como en ediciones anteriores la representación tendrá lugar en el Patio de San Íñigo, al que se accede por una portada del siglo XVII.
Aprovechando al máximo los recursos patrimoniales que les brinda el legendario cenobio, al igual que el año anterior, será Íñigo de Barreda el encargado de guiar al espectador para ayudarle a descubrir los entresijos de la historia.
Los organizadores buscan seguir trabajando aspectos relacionados con la interpretación y con la puesta en escena, aprovechando las excelentes condiciones escénicas que el enclave les proporciona y siempre con el propósito de llevar a cabo una puesta en escena brillante. Las entradas para esta nueva edición estarán a la venta a partir del día 29 de julio pudiendo adquirirse en la propia web de El Cronicón de Oña. El Cronicón de Oña es una representación histórica que transcurre principalmente en los siglos bajo medievales, señalando datos que tienen que ver con la fundación del Monasterio de San Salvador en el año 1011, así como otros relacionados con los personajes que permanecen enterrados en el Panteón Real y Condal de Oña.
Su hilo argumental escenifica los acontecimientos que se suceden en la Castilla del Conde Sancho García, la necesidad de formar de un territorio estable, las batallas y disputas por el mismo con los habitantes del sur peninsular y otros hitos, se suceden en el desarrollo de la obra.
Su momento cumbre llega con la fundación del Monasterio de San Salvador de Oña dándose paso a los personajes que está enterrados en el Panteón Real y Condal.
El rey Sancho III de Navarra o Sancho II de Castilla cobra de nuevo vida en los herederos de las tierras por las que negociaron, lucharon y murieron durante los siglos en los que se formaron los reinos más poderosos del embrión de lo que sería finalmente España.
Cabe destacar que en su realización participan más de 200 vecinos de todas las edades lo que supone un espíritu de colaboración encomiable desde los personajes principales a los que completan las escenas.
De hecho resulta habitual que los niños que participan con el paso del tiempo van asumiendo otros personajes de su edad con lo que, literalmente, el Cronicón crece año a año con los onienses.
Este vínculo prácticamente personal entre el Cronicón y los onienses le transmite una especial fuerza en la interpretación de los distintos personajes históricos.