La CHD invierte 2,4 millones en actuaciones de mejora de cauces en la provincia de Burgos en los dos últimos años
Los trabajos de conservación y mantenimiento se han realizado en los ríos Arlanzón, Vena, De la Vega, Arlanza, Arandilla, Ubierna, Rioseras, Cubillo, Cogollos, Odra, Gromejón, Pisuerga, Lucio, Esgueva, Ausín, Pedroso, Valdavia, Mataviejas y Urbel, además de en otra veintena de arroyos. Las labores se han desarrollado en un total de 50 municipios de la provincia de Burgos
La Confederación Hidrográfica del Duero, organismo autónomo adscrito al Ministerio de Transición Ecológica y el Reto Demográfico, ha invertido más de 2,4 millones de euros en la mejora de las condiciones hidrológicas de cauces en la provincia de Burgos en los últimos dos años. En concreto, la CHD ha actuado en los ríos Arlanzón, Vena, De la Vega, Arlanza, Arandilla, Ubierna, Rioseras, Cubillo, Cogollos, Odra, Gromejón, Pisuerga, Lucio, Esgueva, Ausín, Pedroso, Valdavia, Mataviejas y Úrbel, en un total de 50 municipios *(Se adjunta tabla).
En la actualidad, se está trabajando en el cauce del río Lobos a su paso por la localidad de Hontoria del Pinar (Burgos), con el fin de mejorar las condiciones de desagüe del cauce en episodios de avenidas. Entre los trabajos que se han desarrollado destacan la eliminación de árboles con peligro de caídas, la retirada de restos vegetales y de la vegetación que obstruye el paso del agua, los tratamientos selvícolas de los márgenes, eliminación de obstáculos longitudinales y, en general, el acondicionamiento de los márgenes.
Dentro del programa de mantenimiento y mejora de las condiciones hidrológicas de cauces que se desarrolla en la cuenca, la CHD ha trabajado también en una veintena de arroyos en la provincia de Burgos entre los que se encuentran los arroyos de San Juan, San Miguel, Las Fuentes, Salguero, Del Valle, Sotillo de la Ribera o Mayor.
En este período, el Organismo ha desarrollado distintas labores dentro de la Estrategia Nacional de Restauración de Ríos destinadas a conservar y recuperar el buen estado de los ríos, minimizar los riesgos de inundación fomentando el uso racional del espacio fluvial, e impulsar el desarrollo sostenible del medio rural.
Con todas estas labores se persigue favorecer la libre circulación del agua como medida de protección frente a avenidas, así como la recuperación de la vegetación arbórea de ribera autóctona que actúa como sumidero de CO2, contribuyendo así a minimizar el efecto invernadero.