El nuevo contendor marrón llegará a Burgos a principios de 2022
El nuevo contenedor marrón se abrirá con un lector de tarjetas, lo que fomentará que los ciudadanos no mezclen los residuos. El prepuesto destinados a la incorporación de los nuevos contenedores ronda los dos millones de euros
El presidente de la Diputación, César Rico, junto con el presidente del Consorcio de Residuos, Víctor Escribano, ha presentado esta mañana el nuevo contenedor marrón, que empezará a usarse en Burgos a partir de la primavera de 2022.
En este sentido, la puesta en marcha de este nuevo contenedor servirá para explicar el futuro verde de toda la provincia de Burgos. El nuevo contenedor (el quinto en utilización), está pensado únicamente para los restos de alimentos y biorresiduos. De esta manera, la Diputación de Burgos avanza en la persecución de los objetivos de la Agenda 2030, la cual es especialmente exigente con el tratamiento de los residuos.
Asimismo, el Consorcio de Residuos adquirirá cuatro nuevos camiones destinados a este tipo de residuos, 104.000 tarjetas y 2.000 contenedores de este nuevo tipo. El presupuesto destinado a financia estas actuaciones esta cerca de los dos millones de euros. Dentro de este plan se incluye la adecuación del vertedero de Abajas para la inclusión de las nuevas labores.
Las tarjetas
Las tarjetas, antes mencionadas, son necesarias para poder abrir la tapa de los contenedores. El modo de utilización se basa en pasar la tarjeta por un lector, lo que permitirá la apertura del contenedor para depositar los residuos. Una vez desechados los residuos, la tapa se bloquea y no se volverá a abrir hasta que no se pase una tarjeta de nuevo. Todas estas tarjetas se repartirán en los municipios.
Este nuevo sistema servirá para que la gente no mezcle residuos, aunque para ello hará falta una labor pedagógica. Asimismo, servirá para convertir a Burgos en un espacio sostenible para optar a los Fondos Europeos de Recuperación. El servicio estará disponible el próximo año.
La utilización de este nuevo contenedor será de carácter obligatorio para aquellos municipios de más de 5.000 habitantes en 2022, y para todos los demás en 2024. No obstante, la Diputación de Burgos prevé la situación futura y esta empezando a trabajar este nuevo proyecto con los municipios de 300 habitantes.
