Un Corpus Christi para «agradecer, acoger, adorar y compartir»

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La pandemia por el Covid-19 ha impedido este año realizar la procesión por las calles. El arzobispo ha bendecido a la ciudad con el Santísimo desde las puertas de la Catedral.

Desde que se comenzara a celebrar esta fiesta y difundirse por toda Europa allá por el siglo XII para «continuar la densidad de lo que celebramos el Jueves Santo», probablemente el de hoy haya sido uno de los Corpus Christi más singulares de la historia. La pandemia del coronavirus y «todas sus

Momento de la celebración del Corpus Christi en la Catedral
Momento de la celebración del Corpus Christi en la Catedral

circunstancias externas» han hecho que las tradiciones populares vinculadas a esta fiesta no hayan formado parte en esta ocasión de la celebración, «aunque la disposición del corazón haya sido la misma». Así lo cree el arzobispo, don Fidel Herráez Vegas, quien ha presidido esta mañana la solemne eucaristía del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo en una Catedral a la que han asistido poco más de centenar y medio de fieles (incluidas autoridades civiles) y ha sido retransmitida por el canal de YouTube de la diócesis en cumplimiento de las medidas exigidas por el estado de alarma. Por ello, la celebración de este año no ha contado con procesión por las calles, aunque el prelado ha bendecido a la ciudad y a los burgaleses con el Santísimo Sacramento desde las puertas del templo gótico. [Ver vídeo y galería de fotos más abajo]

Para el pastor de la diócesis el núcleo de la celebración de hoy «es sencillo de entender», aunque para ello sea necesario «ponernos en la onda, en el amor». En efecto, esta fiesta gira en torno a «un Amor con mayúsculas y otro con minúsculas, el Amor de Dios a nosotros y el amor entre nosotros». Un amor desbordante de Dios que se convierte «en pan para la vida del mundo» y que, al comerlo, «nos hace hermanos y, por lo tanto, hemos de querernos entre nosotros».

Para don Fidel esta «maravillosa realidad» ha de ser correspondida «coherentemente» por los cristianos poniendo en práctica cuatro verbos: «Agradecer, acoger, adorar y compartir». «Hemos de ser agradecidos y ponernos en condición para recibir y acoger al Señor y vivir en coherencia esa unión allí donde estemos, para que en nuestra vida siga procesionando el Señor». Junto a ello, «es necesario gustar esta realidad, adorar y exponernos ante él para que nos siga empapando con su amor y nos lleve a compartir, a ser hermanos entre nosotros».

Cáritas y la crisis social

Para el arzobispo, el amor ha de ser una realidad que «ha de estar presente en cada uno de nosotros y en las instituciones de las que formamos parte», especialmente en esta «situación tan sumamente delicada por la crisis sanitaria, económica y social». En este sentido, ha aplaudido la labor que realiza Cáritas diocesana, que «no es una ONG, sino la misma Iglesia que, por amor, se abre a quienes lo necesitan». «Es la comunidad cristiana que se organiza para mejorar nuestra sociedad», ha insistido.

Don Fidel ha concluido su homilía haciendo un llamamiento a todos los cristianos, que han de ser los «pequeños e imprescindibles eslabones» de una «cadena de solidaridad» que haga surgir Cáritas y la acción caritativa de la Iglesia, para que sean «el rostro de la caridad» en medio del mundo.

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