Detenido un menor de 15 años como presunto autor de un delito de descubrimiento y revelación de secretos
Difundió un vídeo de carácter íntimo de otra menor.
Desde hace años la Policía Nacional imparte charlas en colegios e institutos dirigidas a los adolescentes para tratar de concienciarlos sobre los problemas y peligros que puede acarrear el mal uso de las redes sociales, que copan la mayor parte del tiempo que chicos y chicas dedican al ocio y relaciones de amistad.
A pesar de ello, alguna vez hay que lamentar que empleen determinadas aplicaciones como medio para difundir mensajes o vídeos de carácter intimo de otra persona con la que tienen una relación de pareja o de amistad, y que esta les ha enviado en la creencia que se trata de algo privado. Una vez que ese contenido es difundido, la víctima se enfrenta a una exposición pública que le causa un enorme daño y sufrimiento. Hay que tener en cuenta que todo lo que se haga en redes sociales se escapa de nuestro control y perdura en el tiempo, por lo que debemos hacer un uso muy sensato de estas herramientas.
Hace unos días agentes de la Unidad de Familia y Menores de la Policía Nacional iniciaron una investigación a raíz de la información aportada por dos mujeres que durante el trayecto de un autobús urbano se vieron obligadas a mediar entre una chica, a la que conocían de vista, y otras tres que parecía que molestaban a esta, ya que estaban visionando un vídeo de carácter intimo de la primera, que les había llegado a través de otros menores. Las chicas, de aproximadamente quince años, se dirigían al instituto.
Por este motivo se llevaron a cabo diversas comprobaciones que concluyeron con la localización de la víctima, que se personó junto a sus padres en la Comisaría Provincial, donde presentaron denuncia por los hechos.
Los progenitores ignoraban lo ocurrido ya quela menor había callado por vergüenza y llevaba sufriendo la situación desde el mes de diciembre del pasado año. Fue entonces cuando un chico contactó con ella a través de una conocida aplicación, y a partir de ahí ambos habían intercambiado mensajes y vídeos, si bien no se conocían personalmente. Más tarde la víctima se enteró por compañeras de instituto que el receptor de esas comunicaciones las había difundido entre amigos y conocidos.
Una vez se pudo constatar la identidad del menor se procedió, con todas las garantías legales, a su detención como presunto autor de un delito de descubrimiento y revelación de secretos. Tras los trámites y diligencias oportunas el menor quedó en libertad a cargo de sus padres, siendo advertidos de la obligación de acudir ante la autoridad judicial de ser requeridos por esta.
Con la tipificación del delito de descubrimiento y revelación de secreto se pretende proteger la intimidad, derecho fundamental consagrado en el artículo 18 de la Constitución Española, que garantiza el derecho al honor, a la intimidad personal y familiar y a la propia imagen.