Humberto Abad presenta ‘Rebobinando 201988. En el borde del arte’
La muestra acoge una selección de las mejores obras de Humberto Abad a lo largo de 30 años de trayectoria, en los que siempre ha trabajado con distintos tipos de madera, creando formas de suma complejidad, belleza y espectacularidad.
Un total de 45 piezas dan forma a “Rebobinando 201988”. La Sala Pedro Torrecilla acoge esta exposición que reúne 30 años y también de experiencias, de las que emerge una creatividad sin límites, que le sirven para relatar su propia vida a través de madera de distintas variedades.
Por ello que su temática es tan diversa, entre la crueldad y la belleza, el dolor y los sueños, y también la variedad del material con las que lo talla. En esta exposición podremos contemplar obras realizadas en madera de nogal, arce, roble, fresno, olmo, castaño de indias, pino, caoba y haya, e incluso otras variedades tropicales, como la madera de iroko y bubinga, y también se atreve con el aglomerado. Su vida gira en torno a la madera, y ella le dice como trabajar. Tampoco le gusta pintarla, porque según dice, no le hace falta, ya que la diversidad dirige el significado de su obra, como es el caso de la sabina y su grito de dolor.
Humberto Abad González (Quintanar de la Sierra, 1958) está considerado como uno de los mejores escultores de madera en España, aunque en esta muestra se permite algún que otro “desahogo”, investigando y creando piezas en plástico (cactus de peines) y metal (velero). Se trata de escultor autodidacta, que cuenta con una personalidad propia en métodos, técnicas y conclusiones creativas. Su obra siempre está en constante evolución, y esta muestra “Rebobinando 201988” es todo un ejemplo de ello, entre la modernidad y los elementos tradicionales.
Abad es un artista completo, en plena madurez, un escultor que mantiene viva su inquietud creadora, que se transforma dentro de unas características propias, y sobre todo, el hombre que ha superado un fecundo proceso de formación intelectual y artística, investigado con escultores, viajando a grandes museos, contrastando exposiciones y conferencias, consolidando los matices de las grandes ferias, y pactando con la autocrítica.
En su trayectoria acumula más de 50 exposiciones individuales y colectivas en diferentes lugares de la geografía española, además de Francia y Portugal, así como en ferias de arte, ponencias y actividades culturales. También, otras colecciones públicas y privadas del país pueden disfrutar de sus esculturas, y cuenta con varios premios y reconocimientos por su brillante obra.
“Rebobinando 201988. En el borde del arte”
Esta exposición y su título nacen como consecuencia de la jubilación de su mujer, para la cual crea en homenaje un “Kit de descanso” utilizando una bobina de madera. Esta pieza se sitúa en la parte central de la exposición, y de ella giran el resto de obras como un rebobinado cronológico de sus 30 años de trayectoria.
Una manzana convertida en cabeza de búho, marca un punto de inflexión en su recorrido artístico. A partir de ahí, los objetos se van transformando tomando diferentes lecturas, casi sin darse cuenta. Las cremalleras le sirven para abrir otros espacios, otros universos, otras ensoñaciones. Incluso cuando le falta la inspiración, esa ausencia le provoca crear una obra en construcción.
La dama de casa -homenaje a las madres-, escultura formada con los utensilios del hogar, pero engrandeciéndolas como una dama del siglo XVIII. El homenaje a Antonio Machado, cabeza hecha con un “olmo viejo”, la escultura dedicada a la Catedral de Burgos “800 años, una victoria”, el dominó que representa la unión y las manos como hilo conductor, son algunas de sus creaciones más simbólicas. También la metáfora de los zapatos de tacón que nos acompañan al caminar, pero que a las mujeres les supone un verdadero calvario andar con ellos; de ahí el clavo, símbolo del martirio de Cristo.
Sin lugar a dudas, una exposición excepcional, reflejo del universo creador y del discurso simbólico lleno de creatividad, técnica y belleza de Humberto Abad durante los últimos 30 años.
<<Rebobinar treinta años de mi escultura, supone entrar en un laberinto de emociones, sentimientos y razonamientos.
Esta muestra, es parte de un tiempo que no ha servido a las ideas, sino a la vida; no ha tenido la misión de reflejar una visión del mundo universalmente admitida, sino la expresión de mi propio estilo de vida y de mi experiencia, con la máxima fuerza y resolución posible>>