El Obispillo pide al alcalde que «colabore con el pequeño comercio»
Desde hace más de 20 años, el 28 de diciembre es un día especial para los Pueri Cantores. Una tradición de la Edad Media recuperada en 1996, permite que un niño, vestido de obispo, recorra las calles de la ciudad repartiendo bendiciones y caramelos
Y este año ha sido Ángel Rodrigo del Olmo, un niño de 10 años, que estudia 5º de primaria en el Fernando de Rojas el que ha tenido el honor de ser elegido por sus compañeros como Obispillo 2018.
El día comenzaba a las 11:00 h, momento en el que Ángel Rodrigo era investido en el Monasterio de las Madres Salesas para visitar después a los mayores de la Residencia Barrantes. Momentos después ha sido recibido por el Arzobispo de Burgos, Fidel Herráiz.
Jornada cargada de emociones
La jornada continuaba con el tradicional recorrido a lomos de un caballo blanco por el centro de la ciudad, y más concretamente, por el Paseo del Espolón para acabar su recorrido en la Plaza Mayor donde le esperaban el alcalde de la ciudad, Javier Lacalle y numerosos niños y mayores. Lacalle le recibía en la «casa de todos los burgaleses» y aprovechaba la ocasión para felicitarles las fiestas y desearles un feliz año.
El Obispillo ha pedido al alcalde, apoyo al pequeño comercio, para que él y sus compañeros puedan “seguir viviendo aquí cuando trabajemos y acabemos de estudiar. El Obispillo se ha despedido felicitando la Navidad a todos «como mejor sabemos hacerlo: cantando».
Desde el balcón del Ayuntamiento, Ángel Rodrigo se ha dirigido a los presentes para transmitirles su bendición acompañado del vicario, Carlos Javier Valle Estrada, y los secretarios, Andrés González , Carlos Ruiz y Edgar Corral.
Los nervios no han cesado en toda la mañana, y su paseo a lomos del caballo blanco que » se movía mucho» por el centro de la ciudad, ha sido una experiencia que «sólo se vive una vez».
La fiesta del obispillo es una antigua tradición navideña que se remonta a la Edad Media, y consiste en la investidura de uno de los niños de la Escolanía de los Pueri Cantores de la Catedral y que ese año hace su primera comunión como máxima autoridad. La tradición se perdió al desaparecer la escolanía, pero se recuperó en 1998.