Investigado un conductor profesional por doble delito contra la seguridad vial
Conducía un vehículo articulado por la AP-1 de manera temeraria y bajo la influencia de bebidas alcohólicas arrojando positivos en la prueba de alcoholemia de 0’59 mg/l
El Subsector de Tráfico de la Guardia Civil de Burgos ha investigado en la AP-1 a J.M.V. de 56 años de edad como presunto autor de los delitos contra la seguridad vial de conducción temeraria y de conducción bajo la influencia de bebidas alcohólicas con resultados positivos en las pruebas de alcoholemia practicadas.
Los hechos ocurrieron a las 8:00 horas del pasado domingo 4 de noviembre cuando numerosas llamadas alertaban a través del 112-emergencias de la anómala conducción de un vehículo articulado que se dirigía hacia Burgos por la autopista AP-1, que al parecer lo hacía ocupando ambos carriles de circulación sin motivo aparente.
La colaboración ciudadana alertando de una peligrosa conducción zigzagueante permitió su localización y detención
Al parecer su conducción zigzagueante impedía el adelantamiento de otros vehículos que circulaban detrás, acción que ponía en peligro no sólo su propia vida e integridad, sino la del resto de usuarios de la vía.
Una Patrulla interceptaba al vehículo pesado, compuesto por cabeza tractora y semirremolque, consiguiendo darle el alto y retirarlo de la circulación a su paso por la comarca de La Bureba.
Al identificar al conductor se observaron síntomas evidentes de haber ingerido alcohol y de encontrarse bajo su influencia, hecho corroborado al arrojar sendos resultados positivos en la prueba de alcoholemia de 0’59 mg/l, lo que significa que casi cuadriplicaba la tasa máxima establecida para este grupo de conductores “profesionales” que es de 0’15 mg/l.
Finalmente, J.M.V. ha sido doblemente investigado como presunto autor de los delitos de conducción temerario y de conducción bajo la influencia de bebidas alcohólicas.
Las diligencias instruidas serán entregadas en el Juzgado de Instrucción de Briviesca
La ingesta de bebidas alcohólicas así como la de drogas y sustancias tóxicas influye en el conductor de un vehículo con la disminución de la capacidad sensorial, de reflejos y de atención en la conducción, desvirtuando la percepción de la realidad, determinando una conducción inapropiada y creando un concreto peligro para la vida propia y del resto de los usuarios de la vía, aumentando exponencialmente la posibilidad de sufrir un siniestro vial.
Estas conductas al volante pueden conllevar administrativamente hasta 1.000 € de sanción y penalmente podrán ser castigadas con la pena de prisión de tres a seis meses o con la de multa de seis a doce meses o con la de trabajos en beneficio de la comunidad de treinta y uno a noventa días, y, en cualquier caso, con la de privación del derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores por tiempo superior a uno y hasta cuatro años.