Una Noche Blanca muy familiar
Sin grandes eventos, la Noche Blanca logra que miles de burgaleses salgan a la calle a disfrutar de cientos de actividades para todas las
edades
Han sido muchas las actividades programadas para esta noche blanca y miles las personas que ayer disfrutaron de una amplia programación, aunque sin grandes sorpresas.
Música, edificios, museos y exposiciones abiertos hasta altas horas de la madrugada, actividades para los más pequeños y no tan pequeños, teatro, baile o un espectáculo canino en las riberas del Arlanzón, fueron sólo algunas de las apuestas de esta Noche Blanca, que comenzaba a las 17:00h, con una programación dirigida a los más pequeños.
Como viene siendo habitual, una de las actividades que más multitud congregó fue las proyecciones de imágenes y sonido del artista creativo Christian Gimat sobre la fachada de Santa María de la Catedral, un homenaje a la Seo y a su próximo VIII centenario, con una imagen de Santa María en movimiento y cientos de vidrieras virtuales.
La Tuna, en los aledaños del Teatro Principal, logró arrancar algunos bailes y muchos aplausos cuando interpretaron «Burgalesa, burgalesa», y los bailes de «pole dance», en las inmediaciones de Capitanía dejaron a más de uno boquibierto. El arte, la danza, la música, el espectáculo al final, toma las calles de la ciudad.
Esta es la undécima edición de la Noche Blanca, una cita que «invade» espacios públicos y privados para mostrarlos a toda la sociedad, ya que en muchos casos, son imposibles de visitar habitualmente.