Víctor Cabezuelo: «Con ‘Magnolia’ queríamos hacer un homenaje a todas las cosas buenas que han pasado por nuestra vida»
Rufus T. Firefly llega a Burgos en concierto el próximo 4 de mayo para cerrar el VII ciclo de los Jueves Acústicos del MEH
Carolina Méndez / Burgos
El grupo madrileño Rufus T. Firefly se formó en el año 2006. A lo largo de sus once años de carrera han publicado dos EPs y cuatro discos de estudio. El reconocimiento por parte de crítica y público les llegó con los álbumes «Ø» (2012) y «Nueve» (2014).
Fue precisamente en la gira de este último cuando los madrileños recogieron los frutos de su trabajo: se subieron al escenario de la Plaza del Trigo del Sonorama, fueron los encargados de abrir los conciertos de gran formato de la gira «La Deriva» de Vetusta Morla, y llenaron la sala Ochoymedio de Madrid.
«Magnolia», su último largo de estudio, salió al mercado en enero de 2017 y es un trabajo que Rufus T. Firefly reivindica como un alegato en defensa del arte, el amor y la naturaleza en diez canciones. La banda está liderada por Víctor Cabezuelo (voz y guitarra) y Julia Martín-Maestro (batería).
Rufus T. Firefly serán los encargados de cerrar el VII ciclo de Jueves Acústicos del Museo de la Evolución el próximo jueves 4 de mayo a las 20:15.
Su vocalista nos atiende al otro lado del teléfono una semana antes del concierto para hablar de cómo fue la composición de «Magnolia», del panorama musical español en la actualidad y de la presentación de su música en los directos de la banda.
Pregunta: Han pasado tres meses desde la publicación de vuestro último trabajo, ¿cómo va floreciendo esta «Magnolia»?
Víctor Cabezuelo: Estamos muy ilusionados con todo lo que está pasando. Ha habido una acogida increíble, los conciertos están saliendo muy bien, los discos se nos han agotado… Nos está sobrepasando. Estamos muy felices.
P: Empezasteis deshojando esta flor por «Río Wolf», luego llegó «Última Noche En La Tierra», pero este álbum tiene mucho más en las diferentes escuchas. Las canciones están cargadas de referencias de todo tipo, especialmente cinematográficas. ¿Cómo fue el trabajo de composición para los temas del disco?
V.C. Con este disco, queríamos hacer una especie de homenaje a todas las cosas buenas que han pasado por nuestra vida. Buscando dentro de nosotros mismos, empezaron a aparecer un montón de referencias cinematográficas, musicales, otras un poco más personales…
Todo estaba ahí. Era la idea del disco. Queríamos hacer un álbum que simplemente fuera bonito y ya está. No era muy pretencioso, en ese sentido. Nos basamos en la psicodelia de los años 70, que también es una música que nos ha influido mucho. Esa ha sido la línea que ha marcado el camino de la composición y del concepto de todo el disco.
P: El diseño del álbum, obra de la baterista del grupo Julia Martín-Maestro, es una maravilla a nivel visual y también forma parte importante de lo que es este disco, ¿no?
V.C. Sí, muy importante. Queríamos llevar el concepto a todos los elementos del álbum: que no fuera solamente auditivo, sino también visual. Incluso cuando se abre el disco huele a magnolia. Todo está dentro del concepto del álbum. Lo que ha hecho Julia con el diseño es increíble. Le di un texto en el que le explicaba algunas cosas de las canciones, sobre qué iban, las letras…
Luego, ella vino con estos dibujos que explican mucho mejor los temas que los textos que le di. No podía haber un diseño mejor para este disco, la verdad.
P: ¿Cuánta culpa tiene Manuel Cabezalí (productor del disco junto a Cabezuelo) del resultado final del álbum?
V.C. Seguramente toda. Es muy guay trabajar con Manu porque pone un lado objetivo muy importante. Cuando haces canciones y te metes en la producción de tu propio disco, siempre es muy bueno tener un lado objetivo para que te vaya diciendo lo que sobra, lo que falta. Todo lo que se ve desde fuera y que desde dentro es difícil de saber. Manu ha sido el culpable de todo eso. Llevamos trabajando juntos unos seis años en producciones y en discos. La verdad es que es increíble currar con él. Entiende la música de una manera muy especial. No me imagino los discos de Rufus T. Firefly sin que esté él. Para mí, es el sexto Rufus. No sale en las fotos, pero está ahí.
P: Después del éxito que habíais cosechado con «Nueve», del cambio de algunos miembros de la banda, ¿daba vértigo la publicación de «Magnolia»?
V.C. Sí, pero es un vértigo emocionante. Cuando decides sacar un disco, lo haces con mucha ilusión, a pesar de los problemas que puedan rodear la salida de un álbum, que siempre los hay. Intentas dar lo mejor de ti mismo y hacerlo de la mejor manera posible. Componer un disco y plantear sacarlo es muy ilusionante. Tu vida empieza a girar en torno a esas diez canciones. Es un proceso muy bonito. En cuanto a la banda, ha sido un poco triste no poder tocar con Alberto y con Sara, pero también ha sido bonito que hayan empezado Miguel y Rodrigo. En ese sentido, parece que todo va fluyendo de una manera muy natural.
P: Toca hablar del panorama musical en España. Parece que las cadenas de radio más comerciales han abierto los ojos a la música independiente. Además, en los últimos años, ha habido una especie de ‘boom’ de festivales por todos los rincones del país. ¿Está cambiando de verdad algo en la industria musical española o simplemente se trata de ir a favor de corriente?
V.C. Las radios comerciales se han abierto a esta música porque no están ciegos y ven que están llenando estadios. Pensarán que por algo será. Creo que las radios comerciales, en general, no se rigen demasiado por criterios musicales. Van por otro lado y quizá ese es el problema. Personalmente, me gusta la música que se está haciendo ahora mismo y creo que es un momento muy guay. Es verdad que hay ciertas bandas que se están repitiendo de más en todos estos festivales.
Empieza a ser demasiado saturante, por decirlo de alguna manera, y se está menospreciando a muchísimas bandas que están en el underground, intentando salir adelante y que son increíbles. Si das un paseo por salas de Madrid, ves todo lo que está pasando y la riqueza que hay solamente ahí. Imagino que en el resto de España será bastante parecido. Eso es lo que me da pena y me gustaría que defendiéramos entre todos. Es una especie de nueva Movida que está pasando en Madrid, musicalmente hablando, pero no se le está dando el valor que debería. Me da un poco de rabia, pero me gusta que esté pasando esto. Hablas con la gente y todos ven que, de verdad, hay grupos increíbles.
P: Vosotros, como grupo, ¿preferís tocar en sala o en festival?
V.C. A nosotros, nos gusta más tocar en las salas. Es algo que tenemos bastante claro.
Los festivales, a pesar de lo que pueda parecer, son muy fríos. Es verdad que son un baño de masas, son muy divertidos, todo es siempre una fiesta, pero no tienes esta cercanía de poder mirar a los ojos de la gente y sentir que estás tocando para ellos.
Además, sabes que las personas que han ido a verte a la sala, han ido a verte a ti exclusivamente. Eso es muy bonito. Se crea una energía muy especial en los conciertos de las salas. Si tenemos que elegir, siempre vamos a preferir las salas.
P: Venís de un gran concierto en la Sala But de Madrid y de una gira donde el público está respondiendo positivamente. Para la gente que haya comprado su entrada, o para los que aún no lo hayan hecho y quieran acercarse a veros el próximo jueves en Burgos, ¿qué pueden esperar del concierto de Rufus T. Firefly?
V.C. Estamos planteando los conciertos como el concepto del disco, que todo sea un pequeño viaje en el que la gente que venga se olvide un poco de sus problemas, o incluso de quién es, y simplemente disfrute del paisaje durante la hora y media que tocamos. Es como si se subieran a una especie de nave y nosotros la estuviéramos pilotando. Lo que queremos es simplemente que vean algo bonito, que les haga sonreír un rato.
P: Y para los que se queden con ganas de más Rufus T. Firefly en directo, ¿cómo se presenta el resto del año?
V.C. Tenemos muchas fechas, a las que se irán añadiendo más, y que están todas en nuestra página web (www.rufustf.com). Estamos muy ilusionados de poder tocar este disco. Ahora mismo para una banda es lo más difícil que hay, aunque parezca mentira.
Poder salir fuera de tu ciudad a tocar el álbum en directo es toda una odisea y que podamos estar haciéndolo con este disco, me parece todo un milagro. Siento como una especie de responsabilidad, pero es algo que queremos aprovechar.